Ahora escucho a Victor Hugo por las mañanas, quien prefiere relatar los partidos temprano asi a la noche puede ir al cine o al teatro. Ando con ganas de ir a la iglesia, me prestaron Maradona de Kusturika y ayer me emocioné leyendo el Dogma Socialista de Echeverría. Cuidado.
Cuidado. A nadie le hace bien ser tan argentino.
De La Paz a Roma, sin escalas
Hace 1 día