Tomando el dolor de la cera caliente que arranca los pelos de las piernas desde una pretención autónoma de ese dolor, me pregunto cómo sucede. Auntoinfligido dolor pero impuesto por un agente externo: la cultura... ¿Es realmente externo a nosotros este agente? El contexto que nos determina, el mismo que me lleva el sábado a las 2 de la tarde a sufrir en una camilla, ¿es realmente externo? No será más bien que soy el contexto y nada más que eso ¿No soy yo la que, conciente del sin sentido existente en el hecho de que una desconocida me abra de gambas y me vea toda la concha para emprolijarme el arbusto, se presta a esta locura por que sí? ¿No soy yo la que decide que las piernas peludas son un asco? ¿No soy yo la que jamás se acostaría con un hombre que me pretenda peluda? ¿No soy yo? ¿No me vienen biologicamente determinadas las ganas de carecer de pendejos? Puedo hablar de innatismo y depilación.
No, no puedo.
Y lo que tampoco puedo es seguir escribiendo estas pelotudeces en vez de sentarme a leer a Platon de una vez por todas.
¡Lean, che!
Hace 1 día
2 comentarios:
conchetita: creo que tu obsesion por jugar con la cancha sin nada de cesped esta condicionada por tus conceptos de femeinidad como por un respeto a aquel que se aventure a navegar en tu pecera vaginal sin necesidad de andar hurgando entre los dientes.. jaja me encanta tu obstinamiento por la alopecia forzada
Muy buen termino...Alopecia Forzada.
Creo que hay que analizar el termino en distintas situaciones, el cuando ya tienes una relación en donde al tipo ya no le importan tus pelos y hasta le parecen simpaticos y por ende te resulta una paja tremenda ir a que te provoques ese dolor y mas encima le pagues a alguien. Otra es cuando quieres salir y agarrarte a alguien y bueno, por minimo amor propio y para sentirme mas mina te los sacas...o simplemente no te los sacas para que sea tu muralla a cualquier experiencai de 3er tipo con el de turno (para hacerse la fuerte).
Saludos mujer.
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